Existen errores… y horrores. En esta ocasión hablaremos de los 11 peores errores que puede tener un sitio web. Ojalá (crucemos dedos) el tuyo no esté pasando por alguno de ellos.
Cuando se habla de la presencia online de una marca, es habitual que existan aspectos por mejorar. Todo el tiempo debemos optimizar nuestro sitio web, testeando y midiendo.
Sin embargo, no queremos detenernos esta vez en aquellas pequeñas mejoras que se pueden hacer, sino en aquellos errores graves que espantan directamente a los usuarios (y que son más normales que lo que uno piensa).
Son errores que provocan que un potencial cliente se vaya inmediatamente de nuestro sitio web, sin siquiera darnos una oportunidad (en términos técnicos, provocan una alta tasa de rebote).
Así, sin más preámbulos, veremos a continuación errores relativos a diseño, contenido y rendimiento que urgentemente deberíamos solucionar.
Los 11 peores errores que un sitio web puede tener:
- No es mobile-friendly
- Es demasiado lento
- Los textos son ilegibles
- Tiene párrafos demasiado extensos
- Está muy saturado / sobrecargado
- Monotonía absoluta
- No tiene certificado de seguridad SSL
- Tiene fotos de baja calidad y/o de stock evidente
- Tiene poca o muy vaga información
- Tiene una paleta de colores horrible
- Los formularios no funcionan
1. No es mobile-friendly
La mayoría de las visitas que recibe y recibirá tu página web será a través de un celular. Así de simple. En 2021, exactamente, el celular alcanzó el 54,8% del total del tráfico web en todo el mundo. Y la tendencia es creciente, por lo que en poco tiempo será mucho mayor.
Que tu página no se vea bien en celulares implica que más de la mitad de los usuarios se irá en cuestión de segundos, sin realizar ningún tipo de acción.
Chequeá que todo se vea correctamente. ¿Quedan elementos por fuera de la pantalla? ¿Se ve demasiado chiquito todo? ¿Están los elementos (textos, botones, imágenes) muy pegados entre sí y es difícil seleccionar lo que quiero? ¡Entonces es necesario un cambio!
2. Es demasiado lento
Este ítem es, quizás, uno de los más evidentes. Un sitio web hoy tiene que ser rápido. Lamentablemente, en el siglo XXI no nos caracterizamos por ser muy pacientes que digamos.
Si tu página no se carga en 3 segundos, las chances de que el usuario se vaya antes son muy altas. Podés probar herramientas como PageSpeed Insights (https://pagespeed.web.dev/) o Pingdom (https://tools.pingdom.com/) para tener datos precisos de tu velocidad y recomendaciones sobre cómo mejorarla.
3. Los textos son ilegibles
Los textos venden. Los textos informan, persuaden, invitan a la acción… cumplen esa función. Y si tu texto no se lee fácilmente (o te obliga a forzar la vista o hacer zoom), la gente se irá.
Esto incluye el tamaño de la letra (debería ser mayor a 14px), la tipografía elegida (evitar cursivas), los espaciados entre párrafos, entre líneas y entre letras, e incluso el contraste con el fondo.
Todo esto es vital para que un texto (copy) pueda ser leído y cumpla con su cometido. En cuanto a rendimiento, es preferible la legibilidad antes que la elegancia y la creatividad.
4. Tiene párrafos demasiado extensos
Siguiendo con la temática de los textos, es importante entender que los usuarios, cuando llegan a tu sitio web, no quieren leer novelas. Quieren, de un vistazo, entender de qué se trata lo que hacés y cómo le puede ser útil a ellos.
Así, es necesario evitar los párrafos extremadamente largos para la web (más de 4 líneas) y extremadamente anchos (más de 75 caracteres por línea en escritorio y más de 50 en celulares).
Las personas en internet escanean, no leen todo. Se detienen en los títulos, en los subtítulos, en las negritas y subrayados y en las primeras palabras de cada oración. Entender esta lógica te permite adaptar tus textos a esos formatos para que la gente lea lo que querés que lean.
5. Está muy saturado / sobrecargado de elementos
¿Te ha pasado de entrar a un sitio web y sentirte abrumado con la cantidad de cosas que tiene? Cuando todo llama la atención, nada realmente llama la atención.
Si no se sabe qué mirar ni adónde hacer clic, al usuario le requeriría “mucho tiempo” y “mucho esfuerzo” saber qué es cada cosa. (Recuérdese la poca paciencia que tenemos).
De este modo, la estructura del sitio web y la jerarquía de contenidos es fundamental: mostrar y destacar una sola cosa a la vez. Pensar: ¿qué quiero que el usuario vea primero? ¿y qué quiero que vea después? ¿y después? ¿y después?
Para lograr esto, los espacios en blanco (espacios vacíos) son el recurso por excelencia. Elemento 1, espacio en blanco, elemento 2, espacio en blanco, y así…
6. Monotonía absoluta
Este sería el caso contrario al anterior: nada llama la atención. Todo es monótono, todo tiene el mismo tamaño, el mismo color, el mismo formato. Al borde del aburrimiento.
Esto sucede cuando nada se destaca por encima del resto. ¿El resultado? El usuario irá bajando la página sin encontrar “nada” y se irá más pronto que tarde.
Para solucionarlo: variar tamaños de los elementos y darle prioridad a una cosa (o dos como mucho) por pantalla -por scroll-.
7. No tiene certificado de seguridad SSL
Imaginate que encontrás algo interesante en las redes sociales, entrás a la página web para saber más y, de pronto, te aparece un cartelito en rojo que dice: ¡este sitio no es seguro!
Probablemente salgas muy rápido de ahí o, cuanto menos, empieces a desconfiar de la procedencia del sitio.
No solo afecta la credibilidad de tu marca el hecho de no tener un certificado SSL, sino que también repercute en tu SEO (tu posicionamiento en los buscadores como Google).
8. Tiene fotos de baja calidad y/o de stock evidente
Si lo primero que el usuario ve al ingresar a tu sitio es una imagen pixelada, estamos en problemas. Tu portada debe verse perfecta, profesional, impoluta. Este es uno de los errores más básicos que afectan a tu reputación.
Un poco menos grave, pero que requiere mismo nivel de atención, es el hecho de usar las fotos de stock (de banco de imágenes) sin criterio: evitemos las fotos de falsas familias sonrientes o de equipos de trabajo claramente extranjeros y poco auténticos. Todo el mundo sabe que no pertenecen a tu empresa.
Utilizá fotos de verdad y de calidad, y si no tenés, invertí ya mismo en eso, porque te servirán para todo.
9. Tiene poca o muy vaga información
Este es uno de los errores más sutiles, pero uno de los más importantes. Tu web puede que se vea bien, tenga buenas imágenes, cargue rápido… pero aún así no funcione. ¿Qué le falta? Le falta texto que venda (copywriting del bueno).
No alcanzan unas pocas palabras ni los clichés de siempre: “Ofrecemos soluciones para empresas”, “20 años de experiencia”, “Mejor calidad al menor precio”.
El objetivo es la confianza, siempre. Como el usuario no puede charlar con un humano o sentir el producto, tenés que ofrecerle toda la información que necesita para que esté seguro.
Esto incluye: beneficios, diferencia con la competencia, descripción clave del servicio/producto, precios, testimonios (súper importante), tiempos y costos de entrega, garantía, etc.
10. Tiene una paleta de colores horrible
Es evidente en la mayoría de los casos. En general sucede cuando no hay un profesional del diseño detrás y, por tanto, no existe armonía en la paleta de colores (se utilizan varios colores sin criterio alguno).
Sin embargo, algo más imperceptible es cuando sí se utiliza una paleta de colores armoniosa pero que nada tiene que ver con la marca, o cuando no se genera un buen contraste con los textos (recordar la importancia de la legibilidad).
Esto puede ser porque se utilizan plantillas prediseñadas con colores que no se pueden cambiar o porque se le da prioridad a lo “colorido” por sobre lo textual.
11. Los formularios no funcionan
Parece increíble que tengamos que incluirlo en esta lista, pero lo hacemos porque lo hemos visto repetidas veces. ¡Hay que revisar los formularios periódicamente!
Las webs se actualizan, se hackean… y puede que los formularios dejen de funcionar.
En ocasiones simplemente no estás recibiendo consultas porque ¡el formulario tiene un error! Cada tanto echale un vistazo, por favor.
Conclusión
Algunos más obvios que otros, hemos repasado prácticamente todos los errores más groseros que hemos visto en estos años.
Para ser sinceros, más de la mitad de los sitios web tienen alguno de estos problemas, así que si tu página supera satisfactoriamente este checklist podrías estar orgulloso de estar haciendo las cosas bien. No es suficiente a veces, pero estás por el buen camino.
Y si aún tu sitio web no cumple con estos requisitos, siempre podés contar con nosotros (je). Estamos para ayudarte.
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